20 de julio de 2010

Catorce años del Parque Marino

Sin pena ni gloria y a veces con más pena que gloria, este lunes, el Parque Marino Nacional Arrecifes de Cozumel, cumplió catorce años de haber sido creado; los principales problemas, entonces y ahora, siguen siendo la sobreexplotación de los arrecifes y el acelerado desarrollo inmobiliario de sus costas.
El Parque Marino de Cozumel nació castrado, por así decirlo, ya que su principal contradicción y problema está contenido en el propio decreto que le dio origen, pues solamente lo dotó de fuerza legal en el área marina y no se protegieron las costas.
El decreto de creación del Parque Marino Nacional Arrecifes de Cozumel se publicó un 19 de julio de 1996 durante la administración federal de Ernesto Zedillo y siendo secretaria del medio ambiente Julia Carabias Lillo.
El documento extiende una protección ambiental especial sobre una superficie de 11 mil 987 hectáreas, pero de ellas, la parte terrestre comprende solamente los 20 metros de orilla de playa que se consideran zona federal marítimo terrestre.
Esto ha hecho que no se pueda evitar legalmente que los dueños de los predios con frente de playa que colindan con el parque, construyan en sus terrenos, para lo cual arrasan los manglares y los humedales que, aunque el decreto no lo haya contemplado así, son vitales para la supervivencia de los arrecifes de coral que crecen bajo el mar frente a ellos ya que son parte del mismo sistema biológico.
Los peces que pueblan los arrecifes se reproducen en los manglares, a salvo de los depredadores, y ambos ecosistemas intercambian aguas y nutrientes, por lo que destruir el manglar es, en el mediano plazo, abonar el terreno para la declinación de los arrecifes, la cual el propio parque marino ha calculado en un uno por ciento anual, lo que significaría que, a este ritmo, en apenas un siglo, los arrecifes de Cozumel habrán desaparecido.
Como el decreto del parque no contempla la parte terrestre, la creación del área natural protegida, en lugar de un freno, se convirtió en un aliciente para comprar, vender y fincar en esos terrenos, que ahora se promueven como ubicados en una exclusiva “área natural protegida” que sólo sirve para subir su plusvalía.
A pesar de los esfuerzos que hace el personal del parque marino, cuyo desempeño no está exento de críticas, poco es lo que se puede hacer para detener la explosión inmobiliaria en la costa suroeste de la isla, la cual en el momento de la creación del parque, sólo contaba con tres hoteles, el Presidente, el entonces llamado “Diamond” que hoy opera con otra razón social y el Fiesta Americana.
Hoy, existen complejos hoteleros y de condominios desde Paso del Cedral hasta Caleta, además de fraccionamientos y residencias particulares, todos con sus propios muelles; sin contar la “Marina Fonatur”, todo lo cual representa efectivamente un progreso económico, pero ha tenido un altísimo costo ambiental y social en la isla.
Cuando se creó el parque marino, se calculaba que entre 50 y 60 mil personas vivían en Cozumel, hoy se calcula el doble.
Cuando se creó el parque marino, la mayoría de los negocios de buceo y “snorkel” estaban en manos de corporaciones y de extranjeros y a los cozumeleños se les ponían toda clase de obstáculos para trabajar ahí, a menos que fuera de empleados; hoy, las cosas siguen igual.


Fuente: Por Esto!

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