Sabrá Dios por qué será, pero hay personas que ya pasando la cuenta de las cervecitas de los mil morlacos, con sospechosa presencia se rehúsan a pagarla… tras mucho investigar, hemos llegado a la conclusión de que quizá se deba a que mil pesos a 30 pesos cada una, alcanzan para unas 33 chelas y que con eso, es suficiente para convertir al más gentil y educado de los caballeros en un ebrio perdulario, boca suelta y mala paga.
Si mil pesotes alcanzan para eso, imagínese usted cómo andaría el señor César Martínez, quien luego de varias horas departiendo en conocido antro de por allá cerca del antiguo panteón municipal, ya debía mil 500 cuando le fueron a cobrar a su mesa, pero sólo para que corriera al mesero con cajas destempladas y le gritara a la cajera que no iba a pagar un solo centavo.
Como además se puso impertinente, le aventaron a la patrulla para que se lo llevaran al bote, donde amaneció con una cruda de mil 500 pesos, una deuda igual y además, tremenda multa.
La moraleja es: no morder más de lo que se puede tragar y no beber más de lo que se puede pagar, pues de que lo paga, lo paga y hasta con intereses.
La mata
Montón de borrachos chocarreros fueron detenidos por los agentes policíacos luego de que se les detectara y reportara por ciudadanos y vecinos afectados por sus desmanes, empezando por los asentados allá por la céntrica calle 8 Norte con avenida Rafael Melgar, en el borde Norte de la zona turística, donde estaba hasta las manitas y haciendo sus consabidos escándalos, nada más ni nada menos que don Lucas Padilla Euán, decano de los adoradores del dios Baco en esta isla y coronel del famoso Escuadrón de la Muerte, donde todos se le cuadran.
Se lo llevaron al bote, donde ya hasta deja encargada su colchoneta y le guardan su desayuno.
También cayó el no menos popular Andy René Cimé Chan, pero éste no por ebrio, sino porque andaba bien zumbo oliendo solvente impregnado en un trapo mientras paseaba muy quitado de la pena allá por la 80 avenida con 3 y Rosado Salas, donde la gente lo reportó con los patrulleros y estos se lo llevaron al bote, con el apunte de que ni resistencia ofreció que porque pensó que los gendarmes eran pitufos y que se lo llevaban a la aldea a jugar con Pitufina.
Además, el sexo bello estuvo igualmente bien representado en la jornada policiaca con el arresto de doña Patricia Cabrera, quien ya una vez pasada de copitas y siendo las tres de la mañana en conocido bar del centro de la ciudad, perdió el glamour y se puso más cabrera que Patricia y arrasó con todo y todos los que tuvo a su alcance, hasta que también le aventaron a la policía y terminó por dormir en piedra con el resto de los borrachos y/o escandalosos que pasaron esta noche en el único hotel de la isla que no conoce la temporada baja.
fuente: Poe Esto!
2 de agosto de 2010
Mala Paga
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