Juan Carlos aliñó a la `golondrina`

Emulando al exalcalde Gustavo Ortega Joaquín, a quien calificó de pésimo administrador tras un trienio nefasto, el alcalde Cozumel, Juan Carlos González Hernández, concluye su trienio igual que su antecesor sin ninguna obra pública visible, evidente derroche de recursos y una cuantiosa deudas a proveedores, por lo que la única herencia a los cozumeleños en este trienio será el marcado aumento de la deuda pública del municipio a 130 millones de pesos.

Durante las administraciones municipales de Félix González Canto y Carlos Hernández Blanco, el Ayuntamiento de Cozumel se mantuvo con cero deudas públicas. Incluso Hernández Blanco dejó en caja a Gustavo Ortega, 15 millones de pesos, siete para pago de nómina y 8 para gastos corrientes.

Durante la pasada administración, el panista, Gustavo Ortega Joaquín, se encargó de endeudar a los cozumeleños dejando una deuda de de 37 millones de pesos en créditos documentados, 18 millones de pesos a proveedores y 30 millones de pesos en contratos de obras, alrededor de 85 millones de pesos.

A su arribo a la actual administración en abril del 2008, Juan Carlos Hernández, criticó la pésima administración de su antecesor, denunció la corrupción y la prebendas, las obras sin licitación y la falta de facturas, el desvío de recursos, la abultada nómina y el endeudamiento del Ayuntamiento.

Hoy Juan Carlos González, recurre a los mismos vicios que criticó y cuestionó: entrega la misma herencia aunque con una deuda mayor, no conforme con acumular ya una deuda pública de 114 millones de pesos en el municipio, ahora busca refinanciarla con algún banco para dejarla en 130 millones de pesos.

A pesar de que ya se va el próximo 10 de abril y que en 2 años y 8 meses no ha hecho nada por su municipio, en días pasados el alcalde de Cozumel ingresó al Congreso del Estado, la solicitud de un crédito por 130 millones de pesos como parte de su paquete financiero del 2011 bajo el argumento ahora sí atenderá obras sociales.

Nadie olvida que en octubre del 2008, al inicio de su administración, solicitó un crédito por 92 millones de pesos para refinanciar la deuda heredada por Gustavo Ortega Joaquín, sin resultados visibles en su administración.

Los cozumeleños aun recuerdan los enfrentamientos que sostuvo Juan Carlos Hernández en la radio y televisión local con el ex alcalde Gustavo Ortega Joaquín, donde le recriminaba el endeudamiento del municipio y su falta de obra pública, en un ardid publicitario que hoy solo refleja el engaño que una vez más fueron víctimas los habitantes de la isla.



Negocios personales.



En la recta final de su gobierno, el alcalde de Cozumel, Juan Carlos González Hernández, concluye una administración intrascendente y sin obra pública, lo único sobresaliente que ha hecho desde que llegó a la presidencia municipal fue hacerse socio de la naviera Isla de Paz S.A de C.V. que entrará en operación en febrero del 2011 para competirle a los barcos México y Ultramar.

Cozumeleños le criticaron su tibieza para defender la arena del banco norte la cual fue extraída para recuperar las playas de Cancún y Playa del Carmen y la falta de obra pública, ya que lo poco que se ha hecho en estos dos años en la isla han sido obras del gobierno estatal y federal.

Ejemplos claros de su apatía por el deporte, es la falta de alumbrado público del campo de sofbol de la unidad deportiva Revolución, obra que fue entregada por el Gobierno del Estado desde hace un año y correspondía al Ayuntamiento hacer la conexión de las luminarias a la red de la CFE, lo que a la fecha no ha ocurrido.

A diferencia de otras administraciones, los deportistas cozumeleños no contaron con el apoyo del municipio para el cruce de barcos, cuando necesitan salir de la isla a competir y que viajaban en representación del municipio, por lo que ahora han tenido que costearse sus propios gastos.



Derroche y vicios



Se acaba el trienio y no hay obra visible en el municipio en los últimos tres años, el alcalde ha sido solo un figurín que cuestionó en el arranque de su administración el caos y el derroche de su antecesor Gustavo Ortega Joaquín, pero que hizo absolutamente lo mismo.

En la nómina municipal siguen cobrando las lideresas y líderes de colonias, se atrasan los pagos a los trabajadores y policías, pero a estos aviadores la quincenales llega puntual.

Aun no se aclara el millonario desvío de recursos del Subsemún, dinero que no se ha comprobado y a cambio sí les exigen a policías firmar recibos de dinero que no han recibido.

El derroche del erario público ha quedado en evidencia en múltiples ocasiones, como ocurrió recientemente con el viaje realizado a Morelia, Michoacán, donde el alcalde viajó con una gruesa comitiva de funcionarios, amigos y reporteros, todo con cargo al municipio, hotel, avión, alimentos y otros gastos de la megafiesta en que se convirtió el viaje.

En casi tres años de gobierno, el alcalde Juan Carlos González, ha sido criticado duramente por su adicción al alcoholismo y su evidente permanencia casi todas las noches en el restaurante Capi Navegante, propiedad de su compadre Ignacio Cureño, director de la Administración Costera Integral Sustentable (ACIS).

Ahí a las afueras del transitado restaurante, sus guaruras se apostan casi todas las noches a cuidar y esperar que el alcalde dé rienda suelta al “Rey Baco” para luego ausentarse por las mañanas del Palacio Municipal.

Por esta adicción los cozumeleños lo conocen como el “Torpedo”, porque lo consideran torpe y pedo, lo cual también se evidencia en los nulos resultados de su administración municipal.

Para no variar, la semana pasada el alcalde inauguró en la isla la Expo-Tequila, una exhibición de alcohol al pueblo, evento en el que los expositores le regalaron no menos de 30 botellas de tequila, tras la que no dudo en anunciar que hará un hermanamiento con Tonalá y Tlaquepaque, Jalisco, como si esto fuera de gran beneficio para el municipio que requiere de mejoras urbanas, servicios públicos, mayor seguridad pública y sobre todo, el cumplimiento de sus promesas de campaña.

fuente: Quequi