Además de pagar una de las tarifas más altas del país para poder llegar a la isla de Cozumel, los turistas que se animan a hacerlo son de alguna manera timados por las navieras que, sin advertirles que no salen ambas en todos los horarios, los hacen pagar boletos de viaje redondo que muchas veces se quedan sin utilizar y deben pagarlos doble.
Cuando los turistas llegan a la terminal marítima de Playa del Carmen, en las taquillas de las dos empresas navieras que ofrecen el servicio, los empleados les venden con mucha facilidad el boleto para el “viaje redondo”, es decir, de ida y regreso.
Como es obvio que el turista no se quedará en la isla y querrá en algún momento regresar a la Riviera Maya, una gran mayoría de ellos compran el boleto “redondo” sin que se les advierta que el barco para el que están comprando el pasaje no sale en todos los horarios que opera la ruta a lo largo del día, ni mucho menos que ese boleto no será válido para abordar el único barco que salga a cierta hora del día, porque será el de la otra compañía y habrá que comprar otro pasaje completo.
En promedio, el boleto “redondo” cuesta 310 pesos y quienes caen en el garlito terminan pagando 155 más por persona, pues ante la urgencia de salir de la isla, una gran parte de esos visitantes terminan comprando boleto para el barco que esté por salir y con ello finalmente pagan doble.
A una persona que le suceda esto pagaría por entrar y salir de la isla unos 465 pesos y si fuera un grupo de cuatro personas, pagarían un mil 860 pesos, de los que una tercera parte, 620 pesos, serían de boletos sin usar, lo que además es una ganancia neta para las navieras pues por esos pasajes no utilizados, no pagan lo que se les cobra en los muelles por abordar y desembarcar, lo cual se cobra por número de personas atendidas y no por boletos vendidos.
Técnicamente no se trata de un timo, sino de una “falta de información” pues nadie les dice a los visitantes que no todos los barcos están disponibles a toda hora, y los turistas no lo preguntan.
Las empresas obtienen con esto un lucro indebido, pero legal desde el punto de vista que el pasaje, según se puede leer en los propios boletos, es vigente por un año y vale para cualquier hora… siempre que en esa hora, salga el barco que lo expide.
Lo lamentable es que esta costosa falta de información, que platicada a otros turistas se vuelve una razón más para que sea mínimo el turismo que nos “salpica” desde la exitosa Riviera Maya, suceda a sólo unos metros del módulo que la dirección municipal de turismo se supone que mantiene en el parque Fundadores de Playa del Carmen, junto a las taquillas de las navieras y donde sería sólo cuestión de un minuto explicar al visitante, nacional y extranjero los verdaderos horarios.
Según la Comisión Federal de Competencia Económica, las navieras no deberían repartirse los horarios sino salir al mismo tiempo y de esa forma competir entre ellas para bajar el precio, dar opciones y mejorar el servicio, pero aunque dicha comisión las multó con 25 millones en conjunto, ni Ultramar ni Cruceros Marítimos han abandonado esas prácticas y ninguna autoridad presiona para que lo hagan.
Fuente: Por Esto!
30 de agosto de 2011
Falta de información causa gastos a turistas
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