1 de febrero de 2012

Dolorosa última despedida

Dolor, llanto y tristeza enmarcaron la atmósfera del sepelio de la pareja fallecida la noche del domingo pasado en un lamentable hecho de Tránsito. El cuadro más conmovedor fue cuando los dos hijos que quedaron en la orfandad rompieron en llanto al despedirse de sus progenitores.

“Mamita no te vayas, no te vayas”, fueron las palabras que entre llantos esbozó José Eduardo Uicab Canul, de siete años de edad, al ver por última vez a su madre Margarita María Canul Balam, a través del cristal del féretro en el que reposarán sus restos, mientras que alrededor del ataúd se arremolinaban familiares y compañeros de trabajo cargando flores con las que despedían a la occisa.

Mientras eso sucedía, Jonathan Adrián Uicab Canul, de once años, el otro hijo que dejó la pareja, fue acompañado por un tío con el que lloraba desconsoladamente la despedida de su padre José Adrián Uicab Kuk, todo ello antes de que los dos féretros fueran acomodados en el interior de dos criptas ubicadas en el ala Oriente del cementerio “Mansión de Paz” a las 14 horas de este martes, luego de la misa de cuerpo presente efectuada en la parroquia San José del Mar.

Al menos un centenar de personas, entre deudos, amigos, y conocidos, se dieron cita en el panteón, elevando plegarias para el eterno descanso del alma de las dos personas fallecidas. Al sepelio acudió un grupo aproximado de 40 elementos de los Vectores de la Secretaría de Salubridad, quienes aclararon que únicamente Margarita María Canul Balam trabajaba con ellos y que se trataba de una empleada adscrita al área de entomología, cuyo ingreso a este departamento fue el 2 de octubre del 2006, cuya “virtud fue la responsabilidad por no tener faltas, ni siquiera solicitaba permisos para no trabajar”, dijeron. Los empleados del departamento de Vectores apoyaron a la familia con tres mil pesos reunidos entre todos.

Familia solicita apoyo

Juan Antonio Cruz González, cuñado del occiso, dio a conocer que únicamente el gobierno municipal los ha ayudado con los gastos funerarios, y pide apoyo para los niños que quedaron en la orfandad, “porque están moralmente destruidos, porque ellos presenciaron el accidente de sus papás. Ya que esa noche ellos junto a sus papás estaban regresando del parque de Las Rampas de la colonia San Gervasio, porque su papá, al no tener mucho tiempo para su familia por cuestiones del trabajo, cada domingo los llevaba al parque. Los niños iban en su bicicleta que les acababan de comprar y ellos en la moto. Ese domingo los papás venían escoltándolos, venían atrás de los niños que alcanzaron a pasar la avenida, pero los papás ya no por la velocidad que traía el vehículo y, desgraciadamente, les tocó”.

Dijo que ambos fallecidos eran originarios de Motul, Yucatán, aunque avecindados en la isla, donde Margarita María Canul Balam trabajaba en la brigada de Vectores de Sesa y su esposo se dedicaba al oficio de albañilería.

No sabe con quién se quedarán los huérfanos, aunque anticipa que podría ser con sus abuelos paternos radicados en esta ciudad, quienes responden a los nombres de Domitila Kuk y Vicente Uicab. Dijo que el menor de once años está por culminar su enseñanza primaria y el menor de siete años cursa el segundo grado, aunque prefirió no mencionar en qué colegio están inscritos.

Fuente: Por Esto!

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