9 de mayo de 2011

Marcha por la paz, dividida

Este domingo en Cozumel, tal como ocurrió en prácticamente todo el país, se realizó también una movilización simbólica de los ciudadanos en contra de la violencia, respondiendo a la convocatoria del poeta Javier Sicilia.
La marcha en la isla tuvo una escasa convocatoria entre los ciudadanos de a pie, pero el gobierno municipal por alguna razón decidió “montarse” en la iniciativa y envió a muchos directores y empleados de confianza a marchar vestidos de blanco.
De hecho, en la agenda pública del alcalde Aurelio Joaquín González, apareció como evento oficial la presencia del mandatario cozumeleño en la marcha, aunque al final Aurelio no llegó a la calle 10 Norte con Rafael Melgar, de donde partió el contingente.

A pesar de que se sabe que un evento de este tipo rara vez inicia puntual, este empezó exactamente a las seis de la tarde, lo que provocó que mucha gente que llegó retrasada se quedara finalmente sin participar.
Lo que al principio parecía sólo una extraña causalidad, (que un evento de este tipo empezara tan puntual) después se reveló como el primero de una serie de polémicos incidentes que ocurrieron en la marcha.

Todo empezó porque el grupo de ciudadanos que originalmente retomó en Cozumel el llamado de Javier Sicilia, se presentó al lugar de inicio de la marcha con una pancarta en la que se leía: “Calderón provocó los 40 mil muertos con su guerra, pero los priístas crearon la mierda de sistema” frase que se tomó de uno de los mensajes electrónicos o “twitters” que desde su cuenta personal ha mandado el escritor en estos días.

Sin embargo, esa pancarta se convirtió en “la manta de la discordia” ya que enfureció por igual al regidor panista Jesús Zetina Tejero y al líder interino del PRI en el municipio, José Luis Chacón, así como a sus respectivos esbirros, quienes trataron por todos los medios que estuvieron a su alcance de impedir la visibilidad de esa manta, impedir que marcharan con ella en la vanguardia e incluso de romperla, como lo hizo un enfurecido Jesús Zetina cuando apenas habían caminado unas cuantas cuadras, arrancando la palabra “Calderón” de un manotazo, aunque después los ciudadanos le pegaron de nuevo el pedazo arrancado en su lugar.

Ante eso, el grupo de ciudadanos que originalmente convocó la marcha, decidió dividirse del contingente de funcionarios y aláteres enviados a marchar por el gobierno y desde la zona de la calle 3 Sur, más o menos a la mitad del recorrido, prefirieron caminar por su lado dejando en evidencia que de los aproximadamente cien participantes en la marcha, solamente alrededor de 20 eran personas civiles y el resto eran empleados del municipio, regidores y militantes de partidos que no pudieron soportar la vista de la “manta de la discordia”.

Los oficialistas caminaron en un grupo compacto separado por unos 20 ó 30 metros de los ciudadanos, y además, cuando llegaron al parque Quintana Roo, frente al Palacio Municipal, mientras unos se fueron enfrente del edificio a escuchar alocuciones de los funcionarios, los ciudadanos se quedaron en el asta de la bandera donde leyeron un mensaje, prendieron velas y dejaron sus pancartas a los pies del lábaro patrio.

Aclararon que su protesta no tenía nada qué ver con partidos y que la “manta de la discordia” sólo reproducía reflexiones del propio Javier Sicilia.
El pequeño mitin de los ciudadanos llamó la atención de la gente que estaba en el parque y convocó a un grupo de ellos al frente del improvisado altar, donde los invitaron a escribir en tiras de papel nombres de personas que hayan muerto en esta guerra para enviarlos a la presidencia de la República; mientras tanto, los burócratas del otro mitin sólo estuvieron ellos, y se dispersaron de inmediato, en cuanto hablaron sus jefes.

Fuente: Por Esto!

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