Operativos abusan de turistas con parquímetros

Siguen causando serios problemas de imagen al destino los parquímetros, cuyo personal no tiene la más mínima consideración en aplicar las multas a los turistas que por desconocimiento dejan sus automóviles estacionados sin pagar la tarifa establecida y al regresar se llevan la desagradable sorpresa de que no pueden mover sus vehículos y que deben pagar multas de hasta 600 pesos, además del tiempo que les hacen perder por el trámite corriendo el riesgo de perder el barco en el que llegaron al tener sus tiempos medidos.

Trabajadores del centro aseguran que cada día que pasa, son más los turistas que se van molestos con el destino debido a las molestias que tienen que pasar al ser “multados” por no pagar unos pesos que corresponden al uso de los parquímetros y es que en un principio se podía observar en la orilla de la banqueta cintas de color amarillo indicando que se debía de pagar por utilizar el sitio de estacionamiento y que por el paso del tiempo estas cintas ya no existen y no hay nada que permita a los visitantes enterarse de la presencia de los parquímetros.

Por lo que de manera confiada dejan sus vehículos estacionados para ingresar a las tiendas ubicadas en el malecón, sin embargo, al salir se encuentran que tienen una “araña” o trampa en las llantas de sus automóviles de renta, viéndose obligados a desplazarse hasta el módulo de cobro que está en el parque Benito Juárez y después regresar a esperar que les retiren dicho aparato, llevándoles hasta una hora de todo el proceso, por lo que algunos turistas que vienen a bordo de los cruceros han estado a punto de perder su barco por el tiempo que les hacen perder.

Al respecto trabajadores de las tiendas argumentan que se han cansado de alertar a los turistas para que no los infraccionen, mientras que la empresa de los parquímetros, sigue cosechando dinero sin pagarles una comisión o algo por hacer un trabajo que les corresponde, además de que las autoridades municipales han dejado pasar mucho tiempo sin resolver un problema que pudiera acabar con los pocos turistas que llegan al destino si los que se van molestos siguen hablando con sus amigos y familiares sobre la mala experiencia.

Fuente: Quequi