23 de octubre de 2012

Siguen brotando “aviadores” en la comuna

A pesar de la aguda crisis, el poco dinero del municipio se diluye en importante porcentaje en el pago de sueldos de funcionarios y aviadores como el técnico laboratorista Eduardo Martínez Cano, que por pertenecer al partido en el poder, tiene el beneficio de ser el administrador del Hospital General, cobrar un alto sueldo en la Dirección de Desarrollo Social del ayuntamiento sin trabajar, y su laboratorio particular es favorecido por el municipio en base a un convenio para ser el único laboratorio que realice pruebas médicas en los programas sociales del DIF. Lo llamativo del caso es que Genny Vanessa Gracia Aguilar, directora de Recursos Humanos, donde se maneja la nómina para empleados y aviadores, es esposa de Jorge Castillo Monforte, director de Desarrollo Social, justo donde Martínez Cano cobra un sueldo en la Coordinación de Salud, aunque según la directora de Recursos Humanos, está “investigando minuciosamente” dónde están los aviadores.

Beneficiado y con creces está resultando Eduardo Martínez Cano, el técnico laboratorista que ostenta el cargo de administrador del Hospital General, donde devenga un sueldo en la nómina del gobierno del estado y que según ciertas fuentes “gana en ese cargo más de 10 mil pesos quincenales”, y aunado a eso, ha salido a relucir que es también uno de los tantos aviadores incrustados en alta nómina municipal.


“El motivo por el que el ayuntamiento le paga a Eduardo Martínez Cano, se debe a que es un elemento del PRI que tiene a su mando una coordinación en ese partido político, igual que Víctor Cruz Puc el jefe de nóminas de Recurso Humanos”, aseguraron fuentes confidenciales.

Al ‘químico’ como le llaman sus amigos, Eduardo Martínez Cano, se le tiene asignado un sueldo de otros 10 mil pesos quincenales en la nómina municipal, sin recortes y sin el riesgo de que sea dado de baja en la “intensa” búsqueda de aviadores que actualmente dice que está haciendo Genny Vanesa Gracia Aguilar, directora de Recursos Humanos.

Informantes al interior del propio municipio, afirman que Martínez Cano, nunca acude a Desarrollo Social a trabajar pues en realidad es un empleado del Estado, no municipal, y sin embargo, se encuentra adscrito a la Coordinación de Salud de esa dirección del ayuntamiento para que quincenalmente se lleve sus 10 mil pesos sin trabajar, de lo cual deben tener conocimiento el propio director Castillo Monforte y su esposa Genny Vanesa Gracia Aguilar, directora de Recursos Humanos, ya que el primero manda quincenalmente una lista de los empleados a Recursos Humanos y en esta dirección municipal se maneja lo que corresponde al salario de cada trabajador; aviadores incluidos.

La ventaja que le brinda la Dirección de Desarrollo Social al “químico” para pasar inadvertido es que este edificio se encuentra establecido en la colonia “Adolfo López Mateos”, fuera del palacio municipal, con lo que se esconde cualquier movimiento de este tipo que se pudiera estar gestando, similar a lo que sucede en Atención a la Juventud, donde estaba incrustado Víctor Cruz Vivas como aviador, protegido por su padre Víctor Cruz Puc, el jefe de nóminas, que por cierto ya regresó a su cargo luego del escándalo y los cinco días de suspensión que le dieron quesque ‘para investigarlo’. 

Otro de los beneficios que palpa directamente el administrador del Hospital General, Eduardo Martínez Cano, es que cada vez que el DIF municipal tiene que implementar un programa social para detección de alguna enfermedad, se contrata únicamente los servicios de su laboratorio, aunque hay otros más en la isla, todo ello porque ya tiene amarrado un jugoso convenio con el ayuntamiento.

“El DIF le paga por su participación, claro que no es gratis, aunque en los boletines oficiales del propio DIF ponen que las pruebas se hacen con la ‘colaboración’ de este laboratorio, pero en realidad se le paga al químico los servicios que presta y aunque les hace una rebaja, un buen dinero va directo a sus manos”, citaron.

Por último refieren que “desde Recursos Humanos se mueven varias cosas chuecas, sobre todo con los aviadores y la directora (Genny Vanessa Gracia Aguilar) o está involucrada o es incompetente para detectarlo, ya que los cobros del ‘químico’, Eduardo Martínez Cano, a fuerza pasan por esta dependencia en la que ella y Víctor Cruz Puc, el jefe de nóminas manejan todas estas transas”.

Fuente: Por Esto!

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