Todavía persiste la maña de quitarle algunas pertenencias a los detenidos que caen a la cárcel municipal. Esto lo llevan a cabo los presos más atrevidos que son arrestados, sobre todo los fines de semana, y aparentemente nadie está metiendo orden.
Ya son varias las personas que han contado que al ser detenidas por alguna falta, que ni siquiera es violenta, los presos más “gandallas” les quitan, dentro de las celdas, algunas pertenencias -zapatos, pantalón, o la camisa-, y a cambio les regresan la prenda que usaba el que se los robó.
Al momento de entrar a la cárcel, cada ciudadano se registra con la guardia de la policía. Ahí les resguardan objetos personales como alhajas, dinero, cinturón, teléfono, u otros que traiga al momento en que fueron arrestados. Sin embargo, al entrar a la celda, si a algún preso le gustó algo que el recién ingresado trae “se lo piden de buena manera”, de lo contrario lo agarran a golpes hasta quitárselo, según contó alguien que hace unos días perdió sus zapatos con pocos días de estrenado y que prefirió el anonimato porque ha caído otras veces por quedarse dormido en la calle estando ebrio.
Antes de que fuera construido el actual penal de Cozumel en la zona industrial, en las instalaciones que ahora alberga la cárcel municipal (destinada a la gente que comete faltas administrativas) habitaban reos peligrosos que cumplían condenas por diversas cuestiones, tales como asesinatos, violación, robos, entre otros tantos, y ellos acostumbraban a realizar este tipo de actos con la gente que caía meramente por faltas menores, quitándoles las prendas de vestir y a cambio les daban otras en mal estado.
Y aunque de acuerdo con las autoridades eso se dejó de hacer una vez que el penal de Cozumel fue abierto, esa versión no concuerda con la que ofrece la gente que cae en la cárcel, porque de acuerdo a sus testimonios, “cuando llegan chavos banda o a cualquier otro fletado”, se les hace fácil ir con el que parece menos problemático para quitarle sus cosas, sobre todo si son “chiapitas”, en alusión a la gente oriunda del Estado de Chiapas, que muchas veces son arrestados por faltas administrativas y llegan vestidos con sus mejores prendas, sólo que muchas veces se las quitan y a veces se regresan a sus casas hasta descalzos, una vez que cumplen sus horas de castigo o pagan sus multas, y aparentemente la autoridad no mete orden.
fuente: Por Esto!
9 de octubre de 2010
Desvalijan a detenidos en la cárcel
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