Pese a haber destacado por una mala administración en sus municipios que gobernaron, los ex alcaldes de Cozumel Juan Carlos González Hernández, de Othón P. Blanco, Andrés Ruiz Morcillo y de Playa del Carmen, Román Quián Alcocer, fueron premiados con sendas carteras en el nuevo gobierno estatal, a pesar de haber dejado a sus ayuntamientos endeudados y con evidente rezago social.
Es así que Juan Carlos González fue recompensado con el cargo de secretario de Turismo pese a que heredó una escandalosa deuda de 130 millones de pesos; mientras Andrés Ruiz fue designado secretario de Planeación y Román Quián, nombrado director general de la Administración Portuaria Integral (API), bajo ningún mérito mas el que ser integrantes del clan político que gobierna al estado desde hace años.
González Hernández fue criticado duramente al principio de su administración municipal por su estilo bohemio y asiduidad a las cantinas, amén de haberse endeudado para la adquisición de un departamento y una residencia -que seguramente alcanzó a pagar en sus tres años como alcalde-, el primero se ubica en una de las torres departamentales más importantes de Cozumel y, la segunda, en uno de los fraccionamientos más exclusivos de la “Isla de las Golondrinas”, según documentó este reportero en su oportunidad.
Entre los empresarios hoteleros debe haber algunos que celebren esta designación, independientemente de que haya endeudado increíblemente a su municipio, pues de seguro las grandes negociaciones con mayoristas se harán en ambientes convincentes al calor de buenos vinos o en los mejores bares y cantinas del mundo, si no es que en las que existen dentro de los propios yates.
Otro de ellos, Andrés Ruiz Morcillo, quien fuera director de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), de donde saltó a la presidencia municipal de Othón P. Blanco, también endeudó a este municipio con 130 millones de pesos, pero no obstante fue nombrado secretario de Planeación en el Gobierno del Estado.
Se sabe, según se documentó, Ruiz Morcillo es un aficionado de “hueso colorado” a la pesca, tanto que posee una chalet de lujo en la margen oeste de la Laguna de Bacalar, la que habría construido por los “diezmos” con que participaron los constructores cuando fue director de CAPA, según denunció uno de ellos en su oportunidad.
Como director de Agua Potable y Alcantarillado, sería conveniente investigar a fondo los efectos del asbesto en la tubería con que se construyeron las obras de conducción de agua potable en Benito Juárez, meses antes de que renunciara para ser nombrado candidato a presidente municipal de Othón P. Blanco.
El acueducto se integró con tubería de diámetro de 60 centímetros y es la que conduce el agua de la zona de captación del Ejido de Leona a la ciudad de Benito Juárez. Oficialmente está prohibido el uso de materiales de asbesto en todas las actividades, sobre todo en donde se desarrollen actividades humanas, como es el caso de las láminas de asbesto para talleres y peor aún casas habitación, cuanto y más en tuberías de conducción de agua. Según los expertos, se prohibió a nivel internacional ese material por causar cáncer.
Ahora, como secretario de Planeación, sería bueno corregir acciones como esa y planear de mejor manera las obras sin poner en juego la salud de la población, pues hay una advertencia oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), independientemente de que debería existir una carrera universitaria o técnica en administración municipal para no endeudar a los municipios, aunque sea para alumbrarlos.
Román Quián Alcocer, quien ahora es director de la API, es quizás el menos malo de los ex alcaldes premiados, aunque también se excedió en el gasto y endeudó a su municipio con 30 millones de pesos. Y tal vez la cantidad no es escandalosa, pero se debe recordar que así empezó Benito Juárez, municipio que a unos días de que cumpla 41 años, ya adeuda a la banca mil 400 millones de pesos y como 350 millones a proveedores.
En la API tiene un gran trabajo Román Quián, sobre todo porque no es justo que contando con 12 puertos, nueve de altura y cabotaje y tres de cabotaje, entre los que destacan: Puerto Morelos, en Benito Juárez; el de Cozumel; y Calica, en Playa del Carmen, que cuentan con infraestructura para manejar alta capacidad de carga, no se haya promovido la marina mercante a un mejor nivel.
Todo se transporta por tierra, por lo cual se encarecen los productos, además esos puertos se localizan en zonas estratégicas del tráfico marítimo, la cual enlaza a varios puertos de los Estados Unidos en el Golfo de México, América Central y el Caribe.
A ver si es cierto que “El reconocer las fallas no es para buscar culpables, sino para hallar soluciones”, según afirma el ex presidente municipal de Solidaridad.
Fuente: Quequi
18 de abril de 2011
Absurdo premio para 3 ex alcaldes
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