El 17 de agosto de 2009 los cuerpos de cuatro personas, ya en estado de descomposición y con huellas de tortura, fueron encontrados en el interior de un vehículo en la cochera de un complejo departamental en pleno centro de la ciudad. A un año del hecho no hay pistas de los autores de estos asesinatos que, junto a otras cinco ejecuciones relacionadas con el crimen organizado, permanecen sin ser resueltas.
Fuentes al interior de la Procuraduría de Justicia (PGJE) en la isla de Cozumel revelaron a este rotativo que la investigación está en un punto muerto a un año del hallazgo de los cuerpos de los hermanos Manuel y Humberto Gómez Castillo, de oficio taxistas, junto a los de Javier Alanís Loría Alamilla, empleado de una tienda de deportes acuáticos en la isla, y del trabajador de la construcción José Medina Osorio.
A la fecha no hay avances, pues incluso los nuevos titulares de la PGJE desconocen los detalles del caso, tal como lo aceptó Francisco Alor Quezada en su última visita a la isla de Cozumel al declarar que "tenía que revisar el expediente".
Como se dio a conocer en su momento, los vecinos de un complejo de departamentos en la calle 12 entre las avenidas 25 y 20, hicieron una llamada al Centro de Comunicación, Cómputo, Control y Comando (C4) en el que alertaba de que los cadáveres de dos personas se encontraban en el interior de un vehículo Jetta, color negro con placas de circulación UVA 3232 del estado de Quintana Roo.
Los vecinos indicaron en el reporte que un olor fétido salía del auto, y las moscas ya invadían el interior del vehículo estacionado en la cochera del departamento número seis del complejo " Villas Santa Lucía".
De inmediato llegaron hasta el sitio elementos del Grupo de Operaciones Especiales de Seguridad Pública, cerraron la calle a la circulación y fueron reforzados por la presencia de elementos de la Policía Judicial, todos fuertemente armados para permitir trabajar a los peritos de la PGJE.
Luego de hacer una inspección en el departamento para recabar evidencia, el vehículo fue trasladado en una grúa hasta las instalaciones del Servicio Médico Forense.
Una vez ahí los peritos se dieron a la tarea de sacar dos cuerpos localizados en la zona de pasajeros y dos más en la cajuela.
Los cadáveres tenían signos de tortura y golpes en las parte blandas del cuerpo, por sus condiciones se calculaba que habían sido asesinados 48 horas antes.
El dictamen preliminar de los médicos forenses indica que dos de las cuatro personas fueron asesinadas sofocadas y las otras estranguladas, no se encontraron armas o drogas en el interior del auto.
La PGJE maneja la hipótesis (hasta la fecha) de que Manuel y Humberto Gómez Castillo habían huído de Cancún para refugiarse en la isla.
Los dos recibieron aproximadamente dos kilos de cocaína para su venta y distribución y cometieron el error de quedarse con el producto.
Al no reportar cuentas a las personas de las que recibieron la droga, recibieron amenazas de muerte que finalmente se cumplieron.
Se dio inicio a la averiguación previa 195/2009 por el delito de homicidio calificado. Los occisos fueron victimados en un sitio diferente al que fueron encontrados.
Varios meses después de los hechos, personal de la PGJE hizo público que el expediente se había entregado a un "grupo especial de investigación".
Fuente: Novedades de Quintana Roo
18 de agosto de 2010
Siguen sin aclarar cuádruple ejecución
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario