17 de febrero de 2011

Grandes y graves lagunas en la versión de la Judicial

Respecto a la presunta participación de Nelson Pérez Torres en el crimen de la violinista polaca Mónica Markiewicz, el dueño del bar “Barracruda”, donde laboraba el acusado y donde se supone que conoció a la occisa, Jorge Rodríguez Matía, señaló “la verdad no lo puedo creer; yo creo que están tratando de cerrar un caso para desviar la atención pública y sacarse toda la presión que tienen, me imagino que del consulado polaco, de la misma naviera, y creo que es una injusticia la que están cometiendo con él”.
El entrevistado que a la vez es el patrón del presunto homicida, refirió conocer a Mónica Markiewicz, aunque no la veía desde hace tiempo en su negocio, desde diciembre del año pasado, porque no era una cliente frecuente sino ocasional, “que de vez en cuando entraba, no comía aquí, a veces nadaba un rato (en la playa), y sólo tomaba una limonada sin alcohol”.
Lo anterior contrasta con la versión manejada públicamente por Octavio Hernández Solana, comandante de la policía judicial, en el sentido de que el mencionado bar era el favorito de la occisa, como precisó la noche del jueves 10 de febrero al presentar al inculpado como presunto asesino de la extranjera. De igual forma las autoridades habían señalado que de este punto el presunto homicida y la occisa partieron caminando unos cinco kilómetros hacia el Sur hasta Curva Tormentos a las 17 horas de la tarde, tiempo en el cual la infortunada mujer debía, como tripulante del Allure of the Seas abordar el crucero en el cual trabajaba, pero según la versión policial pasó caminando con su atacante frente al muelle donde estaba atracado el barco sin subir. El bar Barracruda se ubica a 500 metros al Norte del muelle donde estaba el navío.
Rodríguez Matía prosiguió diciendo que Nelson Pérez Torres es un joven de 25 años pero muy infantil, “un niñote, de buenos sentimientos. No está al cien por ciento de sus facultades mentales, pero tampoco es tonto. Le cuesta trabajo aprender cosas, se le olvidan fácilmente, hay que estarle repitiendo que haga las cosas porque si no su mente desvaría. El que tiemble mucho es una reacción de nervios, cuando lo regaño tiembla, no me mira a los ojos, se intimida fácilmente”. Comenta que Nelson se desempeñaba como mozo, y cataloga su trabajo como bueno, llegaba puntual y se iba luego de terminar, además de que no sabía leer muy bien y de acuerdo a sus palabras no puede creer en la acusación que pesa en su contra.
Asegura que el lunes 7 de febrero, Margarita Vázquez Barrios, coordinadora de los Ministerios Públicos, Octavio Hernández Solana, comandante de la policía judicial, y un representante de la naviera Royal Caribbean, acudieron después de las 16 horas de la tarde al bar Barracruda, en donde se entrevistaron con el personal. Les enseñaron una foto de la hoy occisa y todos coincidieron en que no la habían visto, únicamente el ahora inculpado dijo conocerla de vista y que el viernes había ido al lugar.
Hubo necesidad de enseñarle a los de la PGJE las comandas que se usan en el bar como prueba de que no estuvo, debido a que en las notas de consumo se especifica el nombre y la clave de cada tripulante que paga la cuenta para que sea beneficiado con el 20 por ciento de descuento, nunca encontraron alguna con el nombre de la polaca.
Agregó que el martes 8 de febrero se presentaron agentes de la judicial, a entrevistarse con un empleado que faltaba por dar su versión, no obstante se llevaron a tres trabajadores a quienes entraron a buscar al local en horas de trabajo, que de acuerdo al entrevistado “se los llevaron con prepotencia, intimidándolos en el restaurante, sin enseñarles una orden de aprehensión ni de presentación, sus nombres Alfredo Pérez (hermano de Nelson), de ocupación cantinero, Nelson Pérez inculpado, y a Juventino Tzuc de ocupación mesero”.
Recordó que Nelson Pérez Torres salió el viernes 4 de febrero a las 17 horas luego de su labor cotidiana, y al día siguiente entró a laborar a las 8 de la mañana sin ningún contratiempo. Asimismo remató diciendo que los dos empleados salieron libres la misma noche del martes a excepción de Nelson Pérez Torres, a quien le fincaron el delito de ultrajes a al autoridad para retenerlo en tanto se le giraba una orden de aprehensión por el delito de homicidio.

Fuente: Por Esto!

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