Este lunes se cumplirán dos meses de que fue inaugurada la nueva terminal marítima de carga en Cozumel, sin que pueda utilizarse todavía porque sigue sin autorizarlo así la SCT a nivel federal, mientras tanto, el abasto de la isla sigue dependiendo de la vieja rampa ubicada entre los dos principales muelles de cruceros.
La obra está ya por completo terminada, tuvo un costo superior a los 177 millones de pesos que puso la empresa SSA México en un convenio con la API con tal de mover la precaria rampa en la que actualmente pega el ferry, la cual se ubica entre los dos principales muelles de cruceros de la isla y en los hechos, pone en riesgo la certificación de estos como recintos portuarios seguros.
Sin embargo, como la obra del muelle, hubo de adecuar el ángulo de salida de los vehículos para permitir las maniobras de los tráileres de doble remolque, se hincaron ocho pilotes adicionales en el mar y como estos postes de sustentación quedaron fuera del plano que se había entregado a la SCT, ahora resulta que la dependencia federal tiene congelado el asunto hasta que se presente el plano de terminación de obra (lo que ya se hizo) y en base a eso emitir el permiso de funcionamiento.
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El problema es que no parece correrle la misma prisa a la instancia federal como a los cozumeleños por estrenar las instalaciones nuevas, las cuales tras dos meses de estar cerradas, van adquiriendo ante los ojos de la ciudadanía el perfil del clásico “elefante blanco”.
Además, falta adecuar los camellones de la avenida 30, también para darle más espacio a los tráileres de doble remolque, lo cual es responsabilidad del ayuntamiento y tampoco se ha hecho.
Fuente: Por Esto!
22 de mayo de 2011
Terminal marítima de carga, “elefante blanco”
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