6 de febrero de 2012

Destapan la cloaca de corrupcion.

Hundimiento de lancha destapa la cloaca. La embarcación que se hundió el jueves pasado a medio Canal de Cozumel con nueve personas a bordo, no sólo era inapropiada para tal viaje sino que ni siquiera se llamaba como se dijo, operaba con matrícula “sobrepuesta” y haciéndose pasar por otra embarcación para poder navegar con sus permisos dentro del Parque Marino; todo lo cual sólo es posible mediante la corrupción.

El hundimiento de la embarcación “Nora Gabriela” verdadero nombre de la lancha que operaba ilegalmente con el nombre “Living Underwater” el jueves pasado en Cozumel, no sólo puso en grave riesgo la vida de nueve personas, sino que puede volverse un incidente que desnude la forma como opera la corrupción y el tráfico de influencias entre la Capitanía de Puerto, el Resguardo Marítimo Federal y los empresarios y boteros de la isla a los que les gusta irse “por la libre”.

Además, en el caso particular de la empresa involucrada, Scuba Mau, este es sólo el más reciente de una serie de problemas e incidentes que incluyeron un terrible accidente de buceo ocurrido el tres de septiembre del año pasado, cuando quienes entonces eran el personal y los guías de ese negocio, participaron en una excusión de buceo entre ellos mismos, la cual terminó en tragedia.

Dado que no hubo denuncia por los hechos ni estuvieron turistas involucrados, el asunto quedó como una anécdota trágica que sólo se conocía dentro del medio del buceo local y entre muchos extranjeros que lo ventilaban por Internet, pero ahora ha resurgido tras el naufragio de la lancha.

En aquel accidente tres buzos sufrieron una grave descompresión causada por lo que muchos en la isla califican como un buceo imprudente en el que se tomaron riesgos innecesarios; de ellos, Heath Hood, norteamericano, fue el menos afectado y tras un tratamiento hiperbárico se recuperó casi por completo; otro, Gabriel Silva, “El Gabi Loco”, mexicano y cozumeleño, resultó afectado en las dos piernas porque una burbuja se le alojó en la columna vertebral y le impide movilizarse, aunque no está desahuciado y sigue en tratamiento.

La peor librada fue la buza norteamericana Opal Cohn Torelli, en ese entonces socia mayoritaria de Scuba Mau, quien emergió de aquel fatal buceo consciente pero paralizada del cuello para abajo y cuya condición fue empeorando hasta que murió días después en un hospital de los Estados Unidos al que fue trasladada por avión desde Cozumel por su familia, y a donde llegó ya en estado de coma.
Ninguno de ellos tenía seguros y entre los buzos de Cozumel y sus amigos se realizaron colectas, cenas, subastas y hasta se abrieron cuentas bancarias para apoyarlos.

Tras la tragedia, la empresa Scuba Mau se dividió en dos negocios diferentes, uno conservó ese nombre comercial y el otro se llama “Opal’s Dream” (el sueño de Opal); dividieron también los bienes y la empresa que se quedó con el nombre conservó la embarcación “Nora Gabriela” que fue la que realmente se fue a pique el jueves pasado.
La lancha en cuestión era una embarcación modificada del tipo fondo de cristal, inadecuada para hacer viajes cruzando aguas profundas y que además iba sobrecargada con nueve personas, 18 tanques, comida, bebida y todos los equipos, tratando de cruzar el Canal de Cozumel con un solo motor Yamaha 250 fuera de borda y sin dar aviso de su salida a la Capitanía de Puerto.

Ahora, tras el hundimiento las autoridades de la Capitanía y del Resguardo Marítimo intentan ocultar que se trataba de una lancha de fondo de cristal modificada y no quieren que se investigue más porque saben que los datos de la lancha hundida no corresponderán con los asentados oficialmente en la matrícula 2304001014-6, la cual no le pertenece a ese casco sino a la verdadera “Living Underwater”, un bote de buceo que empezó sus días como el “Aldora II” que se hundió por última vez el verano pasado y que ahora se encuentra arrumbado en tierra a orillas de la marina natural Caleta.

Esa lancha en realidad pertenece a Maximiliano Zúñiga, dueño de un negocio de reparación de lanchas y motores llamado “Servicios Náuticos Max”, quien rentó indebidamente la matrícula, los certificados de seguridad marítima, el permiso de turismo náutico y los permisos de operación de Parque Marino de la “Living Underwater” a Maurizio Torelli, (identificado por otras fuentes como Mauricio Turilla) operador de Scuba Mau y dueño de la “Nora Gabriela” embarcación que nunca reunió los requisitos para tener esos permisos y esos certificados y que por eso no podía entrar con su verdadera matrícula al Parque Marino.

No se pueden traspasar ese tipo de permisos y matrículas oficiales así como así y las autoridades del Resguardo Marítimo Federal en Cozumel, a cargo de Genaro Escalante Medina, y de la Capitanía de Puerto, a cargo de Eduardo Meixueiro Mancisidor, tendrían que haberse dado cuenta de inmediato que la embarcación que se ostentaba como la “Living Underwater” matrícula 2304001014-6, era en realidad la “Nora Gabriela” matrícula 230410161-4 ya que se supone que ellos llevan un control y que hacen cotidianamente una inspección de las embarcaciones en los muelles para verificar que lleven radios, chalecos y documentos en regla, además de que la lancha debió dar aviso de su partida hacia la costa a la Capitanía de Puerto para el caso de una eventualidad, como la que sucedió.

Como el casco de la “Nora Gabriela” se fue a pique en más de 500 metros de agua, esa lancha nunca será rescatada y como los involucrados saben que los papeles están “chuecos” confían en que nadie pueda demostrar que se trataba de otra lancha y que esa lancha tuvo un fondo de cristal, modificado luego como una caja para enhielar pescado, inadecuada para un viaje de ese tipo que sólo por suerte no terminó en otra tragedia para “Scuba Mau” y en un golpe demoledor para el destino turístico.

Aunque todos en Cozumel se alegran de que hayan salido con vida, también hay una fuerte crítica a esta operación de buceo que no es parte de ninguna de las asociaciones del ramo, que al parecer ahora hasta carece de un local (el local se lo quedó “Opal´s Dream”) y sólo opera a través de Internet –en una página que por cierto, sigue ofertando sus servicios como si nada-, a la cual señalan de arriesgar de manera innecesaria las vidas de sus clientes y empleados y poner en riesgo la imagen de Cozumel como un destino seguro y de altos estándares para el buceo.
Paradójicamente, en las páginas de viajes como “TripAdvisor”, la tienda de buceo “Scuba Mau” obtiene las más altas calificaciones de quienes “suben” sus críticas a esos foros, pero a nivel local, su fama no ha salido bien librada de todos estos incidentes.

En cuanto a las autoridades de Capitanía de Puerto y del Resguardo Marítimo, el naufragio de la “Nora Gabriela” desnuda los teje manejes que se dan entre estas instancias y quienes gustan de “aceitar la burocracia” para que las cosas funcionen; la otra explicación es que no lo supieran y eso demostraría que, simplemente, no hacen su trabajo. Lo grave es que se pone la vida de seres humanos en riesgo y que esto nunca se nota hasta que, finalmente, ocurren los accidentes.

Fuente: Por esto!

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