22 de agosto de 2012

Engañan a turistas por medio de volantes

Pese a la presencia de dos cruceros al día en promedio, los vacacionistas se muestran preocupados ya que la mayoría de estos no llegan al centro debido a que desde el barco en que viajan son “borregueados” para que adquieran sus tours y sólo visiten las joyerías o comercios que les indican en un folleto, bajo la amenaza de que Cozumel es peligroso y les venden artículos falsos como joyas, aunado a que los taxistas reciben comisiones por dejar a los visitantes en la puerta de dichas tiendas.

El temor de los comerciantes que dependen de los cruceristas en lo que se les avecina que es la cuesta de septiembre, considerado el mes más bajo y difícil para todos, es que su situación económica llegue al fondo por las pocas ventas que efectúan diariamente en estos días en que a duras penas consiguen vender cien dólares y un poco más cuando la suerte les favorece, sin embargo, son más las frustraciones que se llevan al concluir el día.

La situación no ha mejorado desde hace años que las navieras iniciaron con la practica monopólica de querer controlar a sus pasajeros al decirles que lo más seguro para ellos al bajar a Cozumel es que adquieran sus tours a bordo ya que al bajar pueden ser engañados, además de que les entregan unos folletos donde les indican que tiendas o joyerías son a las que pueden acudir con seguridad para que no sean estafados comprando objetos falsos.

Aunado a que les dicen que pasar la avenida principal que es la Rafael E. Melgar, es peligroso y que lo hacen bajo su propia responsabilidad, por lo que los turistas que desconocen esta situación son apurados y sólo acuden a los sitios que les marcan en el volante y que pertenecen en su mayoría a joyerías que pagan fuertes cantidades para la publicidad y así aseguren la presencia de turistas en sus negocios, además de que pagan comisiones a los taxistas para que cuando suban a los turistas los lleven a sus locales y a cambio reciben de dos a cinco dólares además de la tarifa que cobran.

Por lo que son muy pocos los visitantes que se atreven a caminar por el malecón con tranquilidad visitando las tiendas abiertas a lo largo de la Rafael E. Melgar y mucho menos los que se atreven a internarse a las tiendas que se encuentran en el interior de la mancha urbana, siendo estos comercios los más afectados ya que les llegan a cuenta gotas y sus ventas son mucho más bajas que cualquier otro.

Fuente: Quequi

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