23 de agosto de 2012

"Estoy vivo y le puedo dar a mis hijos un ejemplo de superación y vida"

Con 37 años de edad y cinco hijos que mantener Mario López Alfaro ingresó al cuerpo de bomberos de Cozumel. Corría el año 1995 y ganaba 400 pesos quincenales. En mayo de ese año se desató un incendio en un área ejidal de la isla. Era su día de descanso pero se necesitaban a todos los hombres disponibles y acudió sin dudarlo.

Mario salió de casa por su propio pie pero ya no pudo volver a hacerlo. En el siniestro mientras apoyaba a sus compañeros, un enorme árbol le cayó encima provocándole severas lesiones que lo dejaron postrado en una silla de ruedas.

Ayer miércoles, junto a sus compañeros, fue homenajeado y reconocido en el Día Internacional del Bombero. Mario se dice un bombero con suerte. "Estoy vivo y le puedo dar a mis hijos un ejemplo de superación y vida" (sic).

El Ayuntamiento de Cozumel tiene 35 bomberos operativos a quienes se les entregaron incentivos económicos y ascensos.

"Bombero con suerte", es como se autodefine Mario López, quien a pesar de permanecer por 17 años en una silla de ruedas, aún conserva un estado de ánimo que refleja fuerza y ganas de vivir.

A lado de Amparo Velasco Hernández, su compañera y esposa desde hace 37 años, asistió como invitado a la ceremonia de conmemoración del Día Internacional del Bombero, celebrado al mediodía del miércoles en las instalaciones del Heroico Cuerpo de Bomberos, ubicado sobre la avenida Juárez a la altura de la avenida 60 bis de la colonia Adolfo López Mateos en Cozumel.

Desde el 26 de mayo de 1995 fue la última vez que Mario caminó. Ese día se le notificó de un incendio forestal en un polígono localizado a la orilla de la carretera transversal muy cerca de "Los Ranchitos".

"En ese entonces yo me desempeñaba como chofer del único carro pipa que existía, por lo que acudí a la estación de bomberos y dirigí el carro al lugar del incendio", relató.

Al llegar al lugar del siniestro Mario se integró a la brigada de bomberos para controlar el fuego. En cierto momento uno de sus compañeros gritó: "Se va a caer un árbol".

El no lo escuchó y sucedió lo inevitable. Perdió el conocimiento y despertó de un coma 14 días después en un hospital del Issste en la ciudad Mérida, donde pasó dos años hospitalizado.

"Tiempo después me enteré que mis compañeros pasaron varios minutos tratando de levantar el árbol que yacía sobre mi cuerpo. Hasta una motosierra tuvieron que utilizar para cortarlo en pedazos y rescatarme" (sic).

Germán García Padilla, entonces presidente municipal de Cozumel, le brindó apoyo. "Le debo mucho a don Germán", recalca.

Mario dice que "nunca pensé en llorar, ni maldecir mi situación. Sólo pensaba en mi familia en cómo iba yo a lograr sacarlos adelante sin poder caminar.

Amparo Velazco Hernández, su esposa ha sido un pilar en su vida y le agradece permanecer a su lado por tantos años. Mario López recibe una pensión vitalicia de tres mil 500 pesos quincenales.

Más tarde junto a sus compañeros fue homenajeado. Los festejos iniciaron con una misa y desayuno por la mañana. Por la tarde, el alcalde, Aurelio Omar Joaquín González, entregó paquetes de útiles escolares, bonos económicos, reconocimientos y ascensos a los elementos más destacados.

Por sus servicios en la corporación el comandante Alberto May Borge recibió un reconocimiento por 28 años de trabajo. Esto lo convierte en el tragahumo más antiguo de la isla en activo.

Por servicios de entre 15 y 19 también fueron reconocidos Claudio Castillo Dzay, Amado Moo Chunab, Alfredo Vázquez Martínez, Mario López Alfaro, Margarita Espinosa Basulto, Manuel Jesús Arjona Rodríguez y Luis Uh Dzul.

fuente: Novedades de Quintana Roo

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