10 de septiembre de 2012

Paty Domínguez, una historia de vida

Se llama Patricia Domínguez Pech, tiene 24 años y estudia en el Colegio Nacional de Educación Profesional; cursó el Quinto Semestre de la especialidad de Asistente Directivo. Con esta presentación bastaría, pero esta excepcional universitaria tiene una característica añadida a su inquebrantable corazón, padece osteogénesis, llamada también "huesos de cristal".

Su virtud y fortaleza de mujer, le han permitido enfrentar la complejidad natural de la ley de la vida. Con valentía, Patricia, ha logrado demostrar ante los ojos de la sociedad que la fe mueve montañas; por sí sola ha sido capaz de brillar con luz propia, como las frágiles estrellas del infinito.

A partir de los primeros diez años de vida, con el respaldo de sus padres y la venia de Dios, empezó a tejer un mundo de ilusiones y una propia historia deseosa de superarse y tratar de vencer los obstáculos que van cruzando en el peldaño de su vida.

A pesar de haber tenido 20 fracturas, su familia jamás claudicó en su lucha, al contrario la arroparon como flor en capullo y la cobijaron con ese amor fraterno, el cariño y el cuidado que ella requería para convertirse ahora en una futura profesional.

Su voz encantadora, su eterna sonrisa y sus ojos hermosos que brillan atrás de sus trémulas pestañas elevan el más sublime de su pensamiento a tener la sabiduría para cargar su propia Cruz. Esa Cruz que simboliza la gloria y la presencia de Dios en su vida en cada suspiro.

Conversar con Paty, resulta agradable y hasta sorprendente. Opina sobre cualquier tema, incluso de la política internacional, nacional y local; conoce y sabe los nombres y apellidos de los últimos cinco presidentes municipales de Cozumel.

Tiene recuerdos de cada uno de ellos, incluso recuerda la noche triste que Javicho Zetina perdió su última elección para candidato a presidente municipal. De Carlos Hernández Blanco, ni que decir. "Carlos Hernández, es el amor de mi vida", dice mientras recorre con sus dedos esa larga cabellera que reposa sobre sus desnudos hombros.

Desde menor fue inquieta e inteligente como cualquiera niña de su edad; tomó con naturalidad sus limitaciones y desarrolló a modo y forma sus habilidades mentales y su destreza para tratar de independizarse en casi un 97 por cientos de sus quehaceres.

Recuerda que un día le pidió a su madre que la llevaran al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) para estudiar y aprender a escribir, como sus otros hermanos, y así fue que logró terminar su educación primaria con promedio de 8.8.

Ya encarrerada, decide también estudiar la secundaría con deseos a futuro de titularse como abogada, por lo que incluso decide viajar a la ciudad de Mérida para buscar una oportunidad y continuar con su preparación académica, sin embargo, no pudo alcanzar ese anhelo dado que su naturaleza le impedía ser independiente, por lo que tuvo que regresar a su tierra natal con más deseos de seguir adelante. Fue así que se inscribió en el Conalep, donde ahora está a un paso de titularse como Asistente Directivo.

"Como padres siempre estamos buscando lo mejor para nuestros hijos con la esperanza de darles un futuro mejor, definitivamente, una de las mejores decisiones que he tomado ha sido apoyar a mi hija con todo lo que desea hacer", comenta Santa Rosa Pech Lugo.

Paty es la tercera de cuatro hijos de la familia Domínguez Pech. Su madre recuerda que con la niña nació en casa el 17 de marzo de 1988 con la ayuda de una partera, pero que al ver que la bebita no estaba bien, buscaron ayuda médica en el Hospital General.

Los médicos, quienes le practicaron unos estudios determinaron que ella tenía problemas de osteogénisis; le dieron pocas horas de vida, sin embargo, ella se aferró a la vida, y sin saberlo dictó cátedra a los estudiosos de la ciencia médica, por que hoy tiene 24 años de edad.

La joven revela que en una campaña del ahora ex alcalde, Juan Carlos González Hernández, se le aproximó con su silla de ruedas para pedirle un apoyo. "Yo le dije al licenciado que yo no quiero dinero, que solamente deseaba que me diera la oportunidad de trabajar en alguna oficina", indicó.

Al asumir la presidencia municipal, Juan Carlos González Hernández le cumplió ese compromiso y le ofreció el trabajo de recepcionista en el Sistema DIF municipal, donde labora hasta hoy en día.

Fuente: el quintanarroense

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