9 de diciembre de 2012

Establece récord de inmersión

Cerca de tres horas le tomó a Leo Morales pasar a la historia y establecer un récord mundial guiness de buceo profundo con capacidades diferentes, al descender a 410 pies (cerca de 223 metros) frente al arrecife de Palancar, proeza que le llevó dos horas con 22 minutos lograr. “Queríamos mandar un mensaje de fe, de paz, de unión y del triunfo de la capacidad sobre la discapacidad, somos una gran familia”, aseguró Leo Morales, quien en octubre del 2008 le fuera amputada la pierna derecha debido al cáncer terminal de fémur que le fue detectado y que hoy en día ha demostrado que se puede seguir viviendo y tener una excelente calidad de vida.

Leobardo Morales Cervantes, nació el 26 de Marzo de 1973 y actualmente radica en Playa del Carmen, en donde se casó con Larena Loria el 19 de septiembre de 1999, siendo en octubre del 2008 que fue operado de cáncer terminal de fémur en la extremidad derecha, por lo que se la tuvieron que amputar y desde enero del presente año usa una prótesis y se ha propuesto ayudar a quienes tienen alguna discapacidad física.

Rompió el récord

Por la noche del pasado viernes, Leo Morales y el experimentado equipo que lo auxilió en el descenso, estuvieron repasando cada uno de los procedimientos a realizar ayer, desde el traje, las corrientes marinas, las condiciones naturales, la revisión médica, los equipos personales, los tanques, las fórmulas de cada uno, para que no hubiera ningún contratiempo en lograr el récord de inmersión.

Tras casi no dormir por la emoción y por las grandes expectativas que se generaron alrededor de esta proeza, Leo Morales llegó al muelle de San Miguel para abordar la embarcación “Esfuerzo”, que lo llevó hasta las inmediaciones del arrecife Palancar al sur de la isla de Cozumel, donde inició su preparación tanto física, como metal y de su equipo, entrando al mar a las 11:35 de la mañana.

La inmersión duró tan sólo ocho minutos para alcanzar la profundidad de 410 pies (223 metros) y establecer un récord, ya que no existen registros de que alguna otra persona con discapacidad lo haya intentando. Las restantes dos horas con 22 minutos fueron de ascenso utilizando cinco mezclas diferentes de gases contenidas en cinco cilindros diferentes.

Leo emergió con el brazo en alto saludando a las embarcaciones que lo siguieron y lo esperaron a lo largo de dos horas y media de inmersión. El récord estaba programado a 400 pies de profundidad (221); “¡Llegué a 410!”, grito hacia la embarcación que llevó a periodistas locales, nacionales e internacionales.

En otra embarcación su familia y amigos lo alentaban echándole porras; su esposa, Larena Loria, no aguantó las ganas y brincó al agua para felicitarlo.

Entrevistado por diversos medios de comunicación, dijo que este fue un récord para Cozumel y agradeció a quienes le apoyaron.

Fuente: Quequi

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