2 de septiembre de 2013

Administración municipal fracasada

Cuando iniciaba, el actual gobierno municipal afirmaba que se convertiría en el que más recursos federales hubiera gestionado para la isla, además de seguir una serie de ‘ejes’ de desarrollo que finalmente, nunca se alcanzaron.

A un mes de que termine su gobierno, poco o nada queda del optimismo y las promesas con las que se inició una administración que supuestamente haría ‘un Cozumel que brille’ y terminó hundiendo a la comuna en la peor crisis de la historia del municipio.

En la ceremonia que realizó, a todo lujo, cuando tomó protesta el actual presidente municipal Aurelio Omar Joaquín González, dijo, en su discurso, que basaría su gobierno en diez ‘ejes rectores’ que serían: empleo y calidad de vida, fortalecimiento municipal y federalismo, continuidad y visión de futuro, seguridad y paz social, eficacia gubernamental y transparencia, servicios públicos de calidad, educación superior de calidad, combate frontal a la desigualdad, identidad y planeación participativa.

Punto por punto, en todos estos rubros el resultado fue el contrario y en todo el conjunto, el común denominador ha sido el fracaso.

Por ejemplo en el punto número uno: empleo y calidad de vida, poco puede presumir un gobierno que será recordado por haber sido el primero en la historia de Cozumel en dejar de pagarle la quincena a los empleados municipales y se despide hundiendo en el desempleo y la jubilación forzada a cientos de trabajadores.

En seguridad y paz social tampoco sale bien librado el actual gobierno, bajo cuya égida se ha multiplicado la delincuencia común en la isla, casi en la misma proporción en la que la policía ha perdido la efectividad y contundencia que la caracterizaban; con la mayor parte de sus vehículos parados por falta de dinero para refacciones y pagar a los mecánicos y con los vehículos que sirven operando cortos de gasolina.

Eficacia gubernamental y transparencia son frases que parecen ironía si se las aplica al actual ayuntamiento, el cual ha sido el más desastroso e ineficiente de la historia de Cozumel, en cuanto a su manejo de las finanzas y no conoce siquiera la transparencia, como lo demuestra el escándalo de la nómina secreta y sus decenas de aviadores, el fraude cometido con el caso de la “pipa chatarra” o, más recientemente, el desaseo y opacidad con el que se ha manejado la venta del antiguo edificio “Miró” o “Plaza Siria” a la cadena de joyerías donde tanto le gusta al alcalde comprar sus costosos relojes y joyas para obsequiar y a la que por cierto, asaltaron dos veces a mano armada en este período, con fuertes sospechas de autorrobo que misteriosamente se han acallado.

“Servicios públicos de calidad” difícilmente podríamos haber tenido con empleados municipales que no cobran su sueldo a tiempo, sin combustible para los vehículos, sin material para bachear y sin iniciativa ni voluntad para limpiar los parques y desyerbar los camellones de las avenidas, que jamás habían estado tan descuidados.

Planeación participativa tampoco se tuvo, pues los principales proyectos de esta administración fueron a espaldas del pueblo, como por ejemplo el monstruoso parque eólico, del cual el propio Aurelio Joaquín fue el principal promotor, lo que podemos demostrar en cualquier momento con una grabación que este diario tiene en su poder y donde el aún alcalde prácticamente suplica al cabildo y al comité del POEL que aprueben los cambios legales necesarios para hacerlo realidad. Aunque ahora diga que gracias a él no se hizo realidad este controversial proyecto que, por cierto, aún puede impulsar en el mes que le queda si cuenta con la complicidad de nuestros impresentables regidores, que ya lo hicieron una vez.

Ligero de boca, el alcalde prometió el día de su toma de protesta que su gobierno sería “el que más recursos federales y estatales logre captar” sólo para terminar su período sin dinero disponible y en graves problemas legales por haber usado recursos etiquetados para cosas que no era ese dinero y por haber tomado lo que le descontaba a los empleados de su sueldo sin pagarlo a las empresas que les dieron crédito.

“No le voy a fallar a Cozumel” dijo Aurelio Joaquín aquel día de su toma de protesta y ahora que se va, los resultados están a la vista y hay en la isla un ambiente de desencanto y fracaso que será difícil de superar.

Fuente: Por Esto!

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