Será el próximo domingo 30 de octubre cuando las manecillas de los relojes deberán ser retrasadas 60 minutos, esto a partir de las 2:00 horas de la madrugada o antes de acostarse a dormir, a obediencia de la entrada en vigor del Horario de invierno.
Al horario adoptado entre el último domingo de octubre y el primer domingo de abril se le llama Horario de invierno, en el que el Sol se oculta más tarde, mientras que el horario para el resto del año se le llama Horario de verano donde el mismo astro sale más temprano, por lo que en el primer caso la manecilla horaria tiene que ser atrasada una hora y en el segundo caso adelantada, esto para disfrutar de los rayos del sol y “ahorrar en energía eléctrica”.
El ajuste de una hora que se realiza en los relojes para pasar de un horario al otro, debe ocurrir exactamente a las 2:00 de la mañana del domingo en cuestión, el cual se toma como referencia para minimizar los posibles efectos adversos para la sociedad en general por efecto del ajuste de los relojes.
Es de mencionar que para el último domingo de octubre existen dos intervalos de tiempo distintos que tienen el mismo valor numérico en cuanto a la hora del día, este intervalo es del lapso de la 1:00 a las 2:00 de la mañana, y esto ocurre debido a que una vez que los relojes marcan las 2:00 de la mañana del horario de verano, estos son atrasados una hora para regresar a la 1:00 de la mañana del horario de invierno, por lo que este día cuenta con 25 horas y las actividades de las personas que dependen de ese horario se ve más alargada, en este cambio se recomienda que en caso de registros de horarios se debe marcar el horario de invierno o verano para no confundir los datos.
En contra parte en el primer domingo de abril no existe la hora del día entre las 2:00 y las 3:00 de la mañana, puesto que en ese día que solo contiene 23 horas, una vez que los relojes marcan las 2:00 de la mañana del horario de verano, deben ser adelantados hasta las 3:00 de la mañana del horario de verano.
Es importante tener en cuenta estos horarios, ya que la mayor parte de la población se olvida retrasar las manecillas de sus relojes, y por olvidadizos llegan más temprano a sus actividades programadas, mientras los que se mantienen pendientes pueden disfrutar de una hora más antes de iniciar su jornada de actividades.
Fuente: El Quintanarroense
24 de octubre de 2011
Una hora menos, cambio de horario
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