16 de febrero de 2011

Limitada funcionalidad de nuevo muelle de carga

Las condicionantes de la Semarnat para dar su aval a las obras de culminación de la nueva terminal marítima de carga de Cozumel, provocarán que la avenida destinada a comunicar el muelle con el patio de maniobras y la terminal remota se reduzca de dos carriles a sólo uno, creando un auténtico cuello de botella, todo por la presencia del ya célebre cuerpo de agua ahí encontrado por la maquinaria.

Este mes se cumplió un año de que la obra de infraestructura portuaria más importante para la comunidad que habita la isla en por lo menos dos décadas, se paralizó debido a que fue encontrado un ojo de agua justo en medio del trazo de la avenida que conectaría y daría unidad a todo el proyecto.

Ante la denuncia de los ecologistas, que le concedieron a este “cenote” una importancia ambiental basada en recuerdos y anécdotas de un Cozumel cuya mancha urbana se tragó hace mucho tiempo esas zonas hoy convertidas en solares urbanos bastante contaminados; las autoridades federales del medio ambiente aprovecharon para cobrarle caro a la API la conocida enemistad entre el gobierno de Quintana Roo y funcionarios federales como Patricio Patrón Laviada, hasta hace poco encargado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Profepa.

El resultado, tras un año de trámites, pérdidas millonarias para la empresa constructora y costosas instalaciones totalmente terminadas que están en el abandono, fue un permiso condicionado que se liberó solamente cuando el ayuntamiento de Cozumel, y no la API, lo solicitó de nuevo ante la federación.

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat, la misma dependencia que durante años ha permitido “con todas las de la ley” graves y harto conocidas agresiones al medio ambiente de Cozumel, dio para este muelle de servicio público una autorización de obra que exige, de manera terminante, que se construya la avenida pero que en los límites del ojo de agua, el cual mide unos 20 metros de diámetro y tiene un promedio de metro y medio de profundidad, no se introduzca estructura de soporte alguna y que además, se asegure que el cuerpo de agua, recibirá directamente los rayos del sol, supuestamente para no afectar a la fauna que en él reside…
Sólo que esa fauna, tras años de contaminación urbana, está formada mayormente por insectos nocivos, como los mosquitos, y los sapos que sobreviven de comerlos, así como pequeños peces de agua dulce quienes serán los principales y acaso únicos beneficiarios de la medida, la cual impone un reto de ingeniería y de alguna manera limita la funcionalidad de toda la obra pues ahora, para dejar que la luz del sol llegue a lo que muchos consideran un simple charco de grandes dimensiones, la avenida que debería tener dos carriles continuos, en ese punto deberá convertirse en una calle de un solo carril.

Esto disminuye la funcionalidad de la vía a la mitad si se diera el caso de que hubiera tráfico en ambos sentidos y crea lo que, literalmente, será un “cuello de botella” vial que deberá ser así, o de otro modo el ayuntamiento y el estado serían objeto de sanciones y las obras detenidas.
Mientras tanto, esas mismas autoridades le llaman “empresarios” y “generadores de empleo” a quienes destruyen los mangles y ya evalúan un nuevo saqueo de arena a Cozumel para mantener las playas en Cancún y la Riviera Maya que siguen erosionándose sin remedio

Fuente: Por Esto!

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