26 de enero de 2012

Taxistas atados de manos

La plaza comercial ubicada frente al muelle SSA México, que pretende controlar todo el tráfico de personas en el área merced a un convenio con los taxistas, se construyó violando los reglamentos de construcción del municipio, pero esto le fue perdonado por construir el paradero de taxis, cuyo uso es obligatorio, pues de otra forma, la plaza comercial puede sancionar a los chafiretes.

A raíz del convenio que firmó el ayuntamiento con una plaza comercial ubicada enfrente, los taxis que se atrevan a entrar al muelle SSA México serán “sancionados” y ni siquiera por su sindicato, sino por la propia plaza.

Así se lee en el texto del increíble convenio que firmó el anterior presidente municipal y hoy secretario de turismo del estado, Juan Carlos González Hernández, documento firmado en el mayor de los sigilos desde el año 2009 que hoy está poniendo en jaque la relación del gobierno municipal con la segunda terminal portuaria de la isla, en términos de tráfico, y con sus navieras afiliadas que, a pesar de boletines oficiales que aseguran lo contrario, sí están preocupadas y no muy contentas con el hecho de que se tome a los pasajeros de sus barcos como rehenes de intereses locales no necesariamente conectados con los intereses de ellos ni motivados por la calidad del servicio sino sólo por ambición.

Aunque se le ha tratado de mantener oculto, finalmente POR ESTO! de Quintana Roo logró obtener una copia del documento en cuestión, el cual se titula “Convenio de Hacer” firmado por Juan Carlos González como presidente municipal y por Gustavo Rubalcaba Higareda, como representante de Centros Comerciales CCC y por Reyes Alberto Cabrera, como líder del sindicato de taxistas, el 16 de octubre del 2009.

En ese documento se explica que, tomando como pretexto los supuestos problemas que causaba el estacionamiento y maniobra de los taxis sobre la avenida Melgar, afuera del muelle SSA, (un problema que se resolvió ya con el traslado del muelle de ferrys a Caletita), se aceptaba que la plaza comercial Royal Village, entonces en las primeras etapas de su construcción, construyera un estacionamiento de 60 cajones destinado al uso de los taxis y hasta unos andenes para las empresas de “tours”.

A cambio, el ayuntamiento aceptaba dar por terminados los procesos de sanción abiertos contra la plaza por haber empezado a construir tres locales sin la licencia correspondiente.

Sin embargo, la plaza pide que el sindicato obligue a todos sus miembros a solamente bajar a la gente que transporten hacia y desde el muelle, en el paradero interior de la plaza, que de esta forma espera apoderarse del flujo de personas hacia la terminal marítima pero par ello obligará a los turistas a recorrer a pie cientos de metros a través de la plaza y exponiéndolos a ser arrollados al obligarlos a cruzar a pie la avenida Melgar, la más transitada de Cozumel, con todo y que ya pagaron por el servicio de taxi que, se supone, los debe dejar lo más cerca posible de su destino final, es decir, en la puerta del muelle.

De no hacerlo así, la plaza se reserva el derecho de “castigar” a los taxistas rebeldes no dejándolos trabajar más en el paradero ni entrar a sus instalaciones y les prohíbe dejar a la gente, ya no sólo en la terminal marítima, sino que ni siquiera sobre la acera de la avenida Melgar sino necesaria y obligatoriamente en su paradero.

La firma de este convenio se suma a otros tratos igualmente descabellados que firmó el ex alcalde sin que quede claro de qué forma benefician a Cozumel, y que más bien parecen diseñados para favorecer a particulares con fabulosos negocios.

Está el convenio que amarra Cozumel durante años al uso de parquímetros en el centro, el de la renta de patrullas a precios estratosféricos a una empresa de su natal Guadalajara, el de los parabuses con publicidad y ahora este de la plaza comercial que pone en riesgo la relación de la isla con los concesionarios del muelle y sus navieras asociadas, sin que quede claro qué es lo que gana Cozumel con todo esto.

Fuente: Por esto!

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