30 de marzo de 2012

A sus 15 años de edad ha sido detenido seis veces por adicto y violento

Tiene 15 años, pero ya ha sido detenido en seis ocasiones, en lo que va del año, por fumar marihuana, violencia intrafamiliar y por riña en la calle. Estudia segundo año de secundaria y en ese lugar sus amigos lo iniciaron en el consumo de drogas.

Su madre siempre lo rescata de pasar una noche retenido en las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública donde ya es conocido.

El menor de edad fue presentado ante el Juez Cívico del municipio de Cozumel por negarse a firmar un acuerdo ante representantes del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), para ser canalizado al Centro de Integración Juvenil (CIJ) y recibir ayuda profesional en tratamiento en adiciones.

En los últimos 10 años, mil 600 personas han recibido terapias para superar sus adicciones o alcoholismo en el CIJ. De enero a marzo de 2012, son 67 casos de menores de entre 14 y 18 años que acuden a ese centro para recibir ayuda por problemas de adicción y alcoholismo.

Fue la misma madre del adolescente que ante la negativa para que asista a terapias en el CIJ, quien pidió el apoyo de la policía municipal.

"Mi mamá me trajo porque quiere que yo vaya a terapias al Centro de Integración Juvenil. Pero chale... yo no quiero", reveló el menor, cuyo nombre y por obvias razones no se puede revelar.

Pocas veces un infractor como él se anima a hablar sobre su problema. Sobre todo si se trata de adicciones. "Me han detenidos seis veces este año, pero mi mama siempre me saca", cuenta mientras lanza la mirada sobre la barra de la mesa de guardia, como esperando ver a su madre.

Tiene hermanos, uno mayor y dos menores que él. Sus padres se separaron hace muchos años y su mamá tiene otra pareja.

La marihuana que fuma la obtiene regalada de sus amigos en el parque de "Las Rampas", sitio en el que los vecinos han reportado infinidad de veces que pandilleros se reúnen a consumir drogas, alcohol e involucrarse en riñas.

"La fumo porque me la regalan los cuates, mis amigos, nunca he robado para comprar marihuana" (sic).

Una vez más la historia se repitió, la madre volvió con la juez civil, retiró los cargos y creyó en la misma promesa de siempre; internarse en las terapia de rehabilitación que brinda el CIJ.

Fuente: Novedades de Quintana Roo

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