6 de julio de 2012

Futuro socioeconómico, en riesgo

Las dimensiones del proyecto del parque eólico en Cozumel superan con mucho la capacidad de resistencia del ecosistema y comprometen el futuro socioeconómico de Cozumel, afirma el Colegio de Biólogos de Quintana Roo.

El representante de este organismo en la isla, biólogo Luis Marrón Quiroz, quien también es miembro del Subcomité de Ecología del Consejo Municipal de Planeación, Coplademun, admitió su preocupación por el proyecto.

Cabe mencionar que a éste y otros miembros del comité, no se les dio la copia de la Manifestación de Impacto Ambiental, MIA, sino hasta el pasado lunes, siendo que tenían hasta hoy viernes para opinar sobre un legajo de 500 páginas.
Con todo y eso, dada la trascendencia del asunto, la MIA ha sido objeto ya de una exhaustiva revisión.

Cuestionado al respecto, el biólogo Marrón Orozco accedió a compartir algunas de sus primeras impresiones sobre el extenso documento entre las que destacan que el supuesto estudio de impacto ambiental: “Subestima la complejidad del sistema acuífero subterráneo de la isla, por lo cual el impacto de perforaciones, cimentaciones, rellenos, nivelaciones, bancos de préstamo (bancos de materiales) no se encuentra evaluado en su dimensión real”.

Otro de los impactos que ve el biólogo es que: “No se mencionan los volúmenes de material a extraerse de bancos en la isla ni se identifica su localización”.
Una de las más importantes observaciones se refiere a que: “Para la etapa de operación, se menciona el impacto general (en la ecología) de proyectos similares pero no se evalúa el impacto específico sobre las aves y quirópteros (murciélagos) de Cozumel”, es decir, sólo copiaron de Internet estudios hechos sobre ese tipo de instalaciones industriales que se han puesto en otros lugares del mundo, pero no se hizo un trabajo de campo para evaluar esos impactos sobre el nicho ecológico específico de Cozumel.

Igualmente, se omite mencionar “los volúmenes de sustancias tóxicas y/o peligrosas requeridas en el mantenimiento de los equipos”.

Además no se ha consultado a los vecinos del proyecto, que sí existen, su opinión, mientras que en la MIA se pone que todos aquellos son parajes desaolados a los que no va más que “un 19 por ciento del turismo que visita la isla” lo cual es completamente falso, como lo sabe cualquier taxista u hotelero.

El biólogo Luis Marrón advierte además que no se han valorado los efectos que tienen los generadores sobre la población.

Textualmente dice: “No se evalúan suficientemente los efectos electromagnéticos, ruidos y vibraciones sobre humanos y fauna, así como interferencia de comunicaciones”.

Pues como hemos publicado, la propia empresa admite que las gigantescas torres crean a su alrededor una fuerte intereferencia que da lugar a una ‘zona oscura’ para todo tipo de señales de telecomunicaciones e incluso televisión que mide hasta diez kilómetros de ancho.

Remata el especialista con una observación que merece ser reflexionada: “Si bien el POEL (Plan de Ordenamiento Ecológico Local de la isla) previene la utilización de energías renovables en algunas UGAS, (Unidades de Gestión Ambiental, que son las zonas en las que el POEL divide a la isla), las dimensiones del proyecto nulifican la posibilidad de resiliencia (capacidad de resistencia) del ecosistema y compromete el futuro socioeconómico de Cozumel” cancelando su posibilidad de seguir creciendo como destino turístico.

Fuente: Por Esto!

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