Carlos Isabel Mendoza Quijano, subcontralor del ayuntamiento y ex contralor de la pasada administración municipal, dice que no fue él quien aprobó la compra de la pipa por 580 mil pesos, sino que fue por medio de la Dirección de Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), de donde salieron los recursos para la compra de este vehículo nuevo, y refiere que José Rafael Quiñones, ex titular de Servicios Públicos, debió verificar que la unidad fuera reparada luego de que la llevaron al taller donde se encuentra abandonada.
Mendoza Quijano asegura que la pipa, en cuestión, fue adquirida por medio de la Zofemat municipal dirigida en ese entonces por Ricardo Lizama Escalante, y la compra fue autorizada por el comité de zona federal que incluye a miembros de la Secretaría de Hacienda, del Servicio de Administración tributaria (SAT), la Semarnat y el propio ayuntamiento, y que el rol desempeñado por la Contraloría municipal fue para verificar “que el proceso se hiciera con apego a las normas que nos rigen, que se sustentara y se solventara la adquisición del bien, eso fue, nosotros no elegimos al proveedor”, dijo.
De acuerdo a sus palabras, la elección del proveedor corrió a cargo de la Dirección de Zofemat que dirigía Ricardo Lizama Escalante, “ellos se encargaron, es importante hacer mención que se hizo una adjudicación directa, una compra de manera directa”, al tiempo de agregar que “la pipa se compró nueva obedeciendo a una de las condiciones que ponía la autorización de los miembros del comité de zona federal”.
Aunque hay quien dice que una pipa nueva costaría casi o más del millón pesos.
Siguiendo con el tema, dijo que “nosotros teníamos conocimiento de los problemas que tuvo el vehículo pero cuando ya se encontraba en el taller particular. Se nos informa, y nosotros buscamos que se le diera solución y el vehículo se echara a andar lo más pronto posible”. Tal situación no ha sucedido hasta fecha, ya que la pipa está desmantelada, y abandonada en un taller mecánico de dudosa reputación, que de acuerdo a fuentes confiables, durante su operación, el dueño nunca tramitó su licencia de funcionamiento ante el propio municipio, es decir trabajaba inexplicablemente fuera de la ley, y los pagos se hacían presuntamente a nombre de una mujer llamada Lizbeth Segura.
El entrevistado, mencionó que el motor de esta pipa se encuentra en la ciudad de Mérida, Yucatán, debido a que en el taller donde se halla abandonado el camión no se le pudo hacer nada y optaron por canalizarlo entre el cliente y el dueño del taller en Cozumel a otro negocio en aquella ciudad, del que dice desconocer cuál es.
Habló de que el resguardo del vehículo lo tenía la Dirección de Servicios Públicos, en ese entonces a cargo del ingeniero José Rafael Quiñones, y que esa dependencia debía velar porque la unidad estuviera en buenas condiciones cuando la trajeron y que la recibieran reparada.
Afirma que el dueño del taller donde está actualmente el vehículo se dio a la fuga por problemas personales y ahora van a entablar una denuncia ante las autoridades ministeriales, ya que incluso el propietario del terreno donde está la pipa abandonada quiere que le ayuden a recuperar su predio porque se lo había rentado por medio de un contrato al que fungía como dueño del taller.
Fuente: Por Esto!
3 de agosto de 2011
Zofemat compró la “pipa” chatarra
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