26 de julio de 2010

Pifias de diseño en costosa obra

La joya de la corona de las obras públicas realizadas durante la presente administración, la Unidad Deportiva Bicentenario, presenta diversos problemas de diseño, construcción y acabados apenas a unos meses de su inauguración.
Presentada como un ejemplo de las obras realizadas durante los presentes periodos de gobierno en el municipio y en el estado, la magna unidad deportiva sufre de inundaciones, debilidades en el diseño de sus bardas perimetrales y otros problemas.
Como parte de una tendencia reciente entre los arquitectos que han realizado proyectos para el municipio y el estado, en la Unidad Deportiva Bicentenario, inaugurada apenas a principios de abril pasado, se instalaron varias piezas de lona vinílica de color blanco para techar extensas áreas, supuestamente a un menor costo.
Una de esas lonas, instalada justo en la entrada principal, se ha rasgado ya dos veces ante el embate, primero de un “norte” y luego de una depresión tropical; pues a nadie se le ocurrió tener en cuenta que nos encontramos en una zona de constantes y fuertes vientos donde estas lonas, en un momento dado se pueden comportar como las velas de un barco, atrapando el viento y transmitiendo su fuerza a los mástiles que las sostienen.
En el caso de la lona instalada en la entrada de la flamante unidad deportiva, la fuerza que ésta pudo acumular hizo que arrancara de raíz al menos tres de los postes de acero que la sujetan, cuyas bases retorció como si se tratara de mondadientes.
El resto de las lonas instaladas igualmente han resentido la acción de los vientos y requieren constantes reparaciones.
La unidad, en la que se invirtieron millones de pesos, combina unas magníficas instalaciones deportivas con evidentes pifias de diseño como el hecho de que, a pesar de que tanto las avenidas que la circundan como los estacionamientos de la unidad deportiva se construyeron al mismo tiempo y no debió ser tan complicado nivelar las superficies, resulta que los estacionamientos se inundan por completo ante cualquier lluvia más o menos intensa y se quedan así mucho tiempo pues carecen de drenaje.
En otro evidente error de diseño que ha hecho de la costosa unidad un potencial escondite de vándalos y pandilleros; pues la barda perimetral presenta un patrón en el que se intercalan impenetrables rejas con paneles de concreto que serían inexpugnables si no tuvieran dos agujeros que, quizá se vean bien en las maquetas, pero en la realidad están a la altura justa para servir como escalones para entrar y salir a la hora que quieran.

Fuente: Por Esto!

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