20 de septiembre de 2011

Explica especialista fenómeno de la arqueoastronomía maya

Será este 23 de septiembre cuando se registre de nueva cuenta el equinoccio de otoño en las diversas ciudades precolombinas, en la cual se registran los fenómenos arqueoastronómicos que marcan el fin de la estación de verano, lo cual será contemplado por muchas de las personas que creen en la purificación y la regeneración de energía, da a conocer el académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), Eddie Ariel Salazar.

Explicó que el miércoles 28 de septiembre, la región del país se ubicara exactamente en la demarcación del Ecuador, lo que producirá que tanto el día como la noche duren exactamente el mismo tiempo de 12 horas.

Mencionó que en materia astronómica este fenómeno arqueoastronómico se producirá el próximo viernes 23 exactamente a las 4:04 horas, que es cuando la tierra se colocara justo en el punto vernal o intersección de la elíptica del ecuador celeste, lo cual hará que su ubicación sea totalmente vertical al respecto.

Resaltó que la ubicación de la Península de Yucatán para ese día no será justo en la elíptica del ecuador terrestre, por lo que para esa fecha no se contará con la exactitud de tiempo entre el día y la noche.

En este caso la exactitud que define al equinoccio se producirá el próximo miércoles 28 de septiembre, que es cuando la salida del sol será justo a las 6:49 de la mañana para ponerse exactamente a las 18:49 horas, lo que se define como emparejamiento entre el día y la noche.

En este tema dijo que desafortunadamente en esta estación del año, es un poco complicado poder observar este fenómeno solar, ya que por ser temporada de ciclones, lluvias y el inicio de los frentes fríos, gran parte del día permanece con nubosidad que opaca la claridad del sol.

Mencionó que la interpretación de la importancia que estos fenómenos tenían sobre los mayas precolombinos, es que esto demarcaba los tiempo de siembra y cosecha, en este caso el equinoccio de otoño representaba el tiempo en el que terminaban de colectar sus frutos y el inicio del descanso obligado que le tenían que dar a la tierra para regenerarse.

Aseguró que los mayas estaban adelantados en astronomía, lo cual puede ser comprobado con sus arquitecturas basadas en la ubicación de principales astros de la bóveda celeste, como es el Sol, la Luna y el planeta Venus, tomando siempre sus fases de Lucero del Amanecer o Lucero del Atardecer, lo que en algunos refleja el paso del sol por el Cenit o bien el de Pléyades.

Igualmente, dijo que en estos tiempos únicamente se conoce de algunas construcciones que registran estos acontecimientos arqueoastronómicos, como es el Templo de las Siete Muñecas ubicado en Dzibilchaltún y el Castillo de Chichen Itzá.

A diferencia de estos dos puntos que reflejan ambos acontecimientos que son el solsticio y el equinoccio, el Palacio del Gobernador de Uxmal y la Pirámide de Mayapán hacen lo propio durante el solsticio del 22 de diciembre.

Esto, dijo, marca el fin del viaje del astro rey por el norte, ya que a partir de esa fecha comenzará a salir por el lado oriente.

Es de recordar que este periodo es el que muchas de las personas aprovechan para acudir a esos lugares, para según: “purificarse y recibir las energías que emana el sol”, lo cual hasta el momento no ha sido comprobada su veracidad.

Fuente: El quintanarroense

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