23 de marzo de 2011

Liberan a presunto abusador de una menor de seis años

La Juez Penal de Primera Instancia, Lorena Karina Ayuso Magaña, dictó auto de libertad a Alan Hernández Badillo, señalado por una menor de seis años de edad como la persona que le mostrara sus partes íntimas y la tocara de forma inapropiada en el interior de una guardería que operaba de forma irregular.

En el expediente integrado por la Procuraduría General de Justicia (PGJE) no se hallaron las pruebas necesarias para iniciarle proceso. La noticia cayó como un balde a agua fría sobre los padres de la menor, quienes se atrevieron a pasar por el penoso proceso de la denuncia. Anunciaron que apelarán el fallo.

Una hora antes la delegada de la Sedesol declaró que el Ayuntamiento debió supervisar la guardería en base a su licencia de funcionamiento.

A las 14 horas aproximadamente, Alan Hernández llegó escoltado por policías hasta las instalaciones del Juzgado Penal de Primera Instancia. Su mirada era retadora y se le veía confiando a diferencia del primer día en el que ocultaba su rostro.

Entró al pequeño cuarto que comunica a las oficinas, donde tras varios minutos escuchó de un secretario de acuerdos el auto de libertad por no encontrarse suficientes elementos en su contra.

Sus parientes fueron los únicos que celebraron la decisión de la juez, que en todo momento se encerró a piedra y lodo en su despacho.

El resto de los presentes guardó silencio que de inmediato se cortó con los sollozos de la madre de la menor agredida.

Con la impotencia reflejada en el rostro, el padre cuya identidad se obvia por las características del caso, accedió a hablar con algunos representantes de los medios de comunicación.

"¿Por qué dejan ir a un delincuente? Es un abusador sexual que cometió una abominación contra una niña que no sabe nada de estas cosas" (sic).

Mientras abrazaba a su esposa que no podía contener el llanto, preguntó: ¿Qué necesita la juez para poner tras las rejas a este hombre? Una niña de esa edad no puede decir mentiras. Se cometió un abuso sexual. ¿Dónde?, ¿Dónde están las leyes?. Los delincuentes deben de estar en la cárcel. Cómo se va a poder cuidar a los menores.

Aunque se buscó la declaración de la juez Lorena Karina Ayuso Magaña, esta únicamente abrió la puerta de su despacho para decir: "No tengo nada que declarar" y la cerró tras de sí.

Luis Ángel Espadas, abogado de la parte acusadora, relató que él tuvo la oportunidad de interrogar a la menor en compañías de la fiscal y psicólogos del DIF, interrogatorio en el que dio detalles de los "dibujos" en el cuerpo del acusado, la forma en que tocó, las caricias y otros detalles.

El abogado dijo que apelarán la decisión, pues no es posible que el testimonio de la víctima, así como los exámenes médicos y psicológicos no fuera prueba suficiente.

"La niña detalló la forma en la que fue tocada e identificó plenamente a su agresor", afirmó.

Otra de las contradicciones es que el inculpado declaró que la noche previa a los hechos se encontraba enfermo, pero los testimonios de sus familiares indican que se fue de parranda con su padre y hermano.

La guardería y la vivienda tiene el mismo baño y el agresor tenía acceso libre a este, lo que lo ponen en tiempo y lugar para cometer el delito.

Fuente: Novedades de Quintana Roo

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